Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...

Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...
"la justicia es ciega, pero no tonta"

martes, 31 de agosto de 2010

LAS SIETE PUERTAS

Asistimos este verano –en pleno rigor de la canícula- al sepelio del Comercio Tradicional del Centro de Sevilla (R.I.P.A.). Que penita y que desolación, pasear por la Callejuela Regina (con lo que era la callejuela Regina, nada más con Almacenes Carmelo Orozco, donde nos compraban los míticos zapatos “Gorila” con su pelota verde). Había una accesoría, casi en la encrucijada con c/Jerónimo Hernández, regentada por una señora embutida entre telas, donde la Mater compraba retales para confeccionarnos los trajes de estreno - Dios la tenga en su santa gloria- , como al desaparecido Comercio Tradicional de Sevilla, estrangulado por la faraónica obra de las Setas “paramol-parasetamol”. Continuamos con el féretro a cuesta: “concédele Señor el descanso eterno y brille sobre ellos la luz del imperio del Sol” (los chinos). La invasión del naciente imperio amarillo, hace que me pregunte si no tendrá que ver con eso de la “alerta amarilla ó naranja” de la que tanto se habla en este verano de temperaturas records. Seguimos de frente, contemplando la ruina de los locales cerrados al fluorescente rezo de SE TRASPASA, SE VENDE, SE ALQUILA; las pequeñas tiendas, quincallas, perfumerías, droguerías, papelerías, imprentas, con nombres y apellidos que pasaron de padres a hijos sin solución de continuidad. Desde los Terceros hasta la Encarnación, Sevilla parece una ciudad fantasma y polvorienta, donde los Claveles reformados se resisten al abandono de Santa Catalina; ni siquiera el perturbado aire, conserva ese olor característico de las especias de Caracoles. Por la estrechez de Alhóndiga más locales de siempre disfrazados de negocios insostenibles que parecen tener sus días contados. En la esquina de San Felipe, continua reinando el Tremendo, pura memoria histórica que resiste con los pies de la tradición puestos en tierra, en frente, la vieja tahona de Joaquín, clásico incombustible que contagió de miserias a la fiel Amalia y tuvo continuación en su única heredera. Pineda Rivera, en cuyo balcón cantaba saetas el Peregil la mañana del Viernes, se mira en la misma suerte que corrió el legendario Bar 6,40 y ambos buscan los antiguos esplendores perdidos sobre el frontispicio renacentista convertido en hemeroteca. El féretro se refleja en las lunas atiborradas de reclamos: LIQUIDACION DE GÉNEROS, REBAJAS AL 70%. El Raya, pone dulce nuestro helado corazón y Lista, nos viste de boda para poner buena cara a los malos tiempos. Los soportales de Imagen se refugian a la sombra de la triste ausencia del finado Comercio Tradicional, que camina a hombros de sus files y deudos. El intenso olor a Catunambú y Saimaza, nos llega adulterado desde las franquicias del café de Indias. Las puertas de Sevilla, no solamente desaparecieron de sus murallas –otro alcalde piqueta- las cerró de manera indolente; Siete Puertas como las siete vidas que tiene un gato. Lo malo es que ni el olor de las plateadas sardinas de Marciano, podrán resucitar al Comercio Tradicional del centro de Sevilla. Descanse en Paz.

jueves, 5 de agosto de 2010

BIENVENIDA MRS. MICHELLE

BIENVENIDA Mrs. Michelle

Quiero decirle que me cae Vd., simpatiquísima; me gusta el color de la raza a la que representa en calidad de primera dama del pais más rico del mundo; me gusta su estilo desenfadado; el contraste de su sonrisa deslumbrante y sobre todo me gusta verla disfrutando por nuestra costa del sol, reivindicando antiguos esplendores de la mar bella del sur. Ha escogido vd., España, en el momento en que más se parece a la España profunda de una “dicta-blanda” que distraía sus carencias sociales y económicas con las canciones pegadizas del verano de Eva María; el carro de Manolo Escobar o el rayo de sol. Salvando las diferencias de aquellos tiempos del cuéntame como pasó, vuelvo a ver como los nietos de Berlanga, nos echamos a la calle en plan verbenero, para saludarla cantando el himno folklorico del “Americano” que inmortalizó el glorioso blanco y negro de Bienvenido Mr. Marshal. Somos los mismos españoles con olor a aldea, que hemos cambiado los huevos, las gallinas y los cerditos con lazo de entonces, por las cámaras digitales. Los mismos que permanecemos impávidos horas y horas, para ver pasar su impresionante séquito blindado de alta gama. Es cierto que somos un poco más altos que aquella media nacional; que nos cuidamos mucho más y mejor; que parecemos más guapos y presumimos –por fín- de campeones del mundo en ciclismo, tenis y fútbol, pero en el fondo –Mi querida gran Dama- seguimos siendo esos sentimentales que a la hora de los grandes acontecimientos nos aferramos a la misma bandera que tanto hemos denostado y entonamos el himno sin letra del “viva España” aunque la mayoría de nuestros jóvenes no conozca que fuera canción de moda en su tiempo interpretada por Manolo Escobar. Seguro que se llevará una gratísima impresión de nuestro pais y apreciará un poco más la cultura que encierra su legado histórico, sobre todo, una vez contemple la Alhambra. En cuanto a las cifras que se barajan en concepto de ingresos por tan ilustre visita, le diré en la confianza que me inspira tan emblemática familia, que seguiremos sin ver un “duro” los españolitos curiosos que la vemos conquistar las calles de Marbella; los pequeños empresarios y autónomos de nuestras tiendas de “souvenier”; los que al fuego del hormigón se asoman al precipicio de las escasas obras para verla pasear como una turista más; los aburridos pensionistas que sestean en los bancos de las plazas, comentando el amplio dispositivo de seguridad que altera la paz de su monotonía; ni las alegres comadres del “sálvame de luxe” que la han sustituido momentáneamente por el mito de su Belén Esteban en la guerra de las audiencias. Créame, mi Primera Gran Dama: -ni un duro- lo mismo que vd., se va a gastar en España…se lo dice su amigo, El Zorro.

la guarida del ZORRO

PROHIBIDO LOS JUEGOS DE PELOTAS, BICICLETAS, PATINETES, AROS, ETC. ETC., EN LOS PATIOS, PASILLOS Y AZOTEAS