Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...

Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...
"la justicia es ciega, pero no tonta"

miércoles, 3 de febrero de 2010

TUNEADOS

Yo soñé que era un “friki” grabador reproductor de marchas e iba hasta los ensayos de las Agrupaciones musicales, con mi chándal y mis botines de marca, enseñando los elastiquillos de mis tangas kalvin kleir. Llegué a aprenderme tantas marchas, que hasta en los “atascos de torneo”, sacaba registros con el izquierdo por delante de la rueda de mi “aprilla”, acompasado por el caballito de los manillares. Los domingos de Ramos, estrenaba mi flamante traje blanco de los “manolos” con mi camisa verde fluorescente cuyo increíble cuello sacaba por encima de la solapa. ¡Cómo lucía por las calles del centro, metiéndole mi mano en el bolsillo del pantalón a la altura del apretado culo de mi Yenni, mientras me deslumbraba la media tonelada de pintura de purpurina de sus ojos de gata y como me dolía el dedo meñique del pié estrangulado por el plástico duro de mis zapatos blancos de chúpame la punta. Y es que a mi Yenni, le flipaba ver salir la cofradía de la Puerta de Córdoba, cosa que yo aprovechaba para grabar con mi móvil de última generación, la agrupación musical del Arahal, mientras ella se jartaba de chupar gominolas con sus amigas inseparables, la Yessi y la Tamara a las que le gustaba una buya y un cangrejeo más que a un nota haciendo el caballito con la capucha puesta. También soñé que era un costalero de gimnasio, con mis pantalones negros recogíos en las pantorrillas y el costal tuneao con mi kiristo de la Flama encasquillao hasta la naripa. A mi Yenni, le ponía “taco” verme luciendo los musculitos y me daba unos sobaos en la tableta de chocolate de mis abdominales que no paraba hasta ponerme de punta los pezones del pectoral. ¡Como disfrutábamos por esas quintas avenidas con los colegas de la cuadrilla, metiéndonos en esas tabernitas del barrio y poniéndonos púos con el “gambrinos”…y es que donde se ponga una buena agrupación musical haciendo esos sólos de trompeta de la marcha flamenquita: "quien me presta una escalera para subir a la cabra”, mientras yo me pongo de puntillas, de puntillas, de puntillas, hasta que se me ponen los vellos de mis piernas depiladas por mi Yenni, como carne de gallina, aguantando el zanco. Lo bueno de este sueño es que siempre me despierta la Yenni, poniéndome sus dos tetonas en la cara y suena el móvil a toda pastilla con la marcha: “nazareno Tuneao”. Vuestro amigo, el Zorro.

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la guarida del ZORRO

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