Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...

Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...
"la justicia es ciega, pero no tonta"

jueves, 18 de febrero de 2010

SIETE GRAMOS

Como puede ser un día tan intenso y caber en sus doce horas más de diez años de despropósitos. Apenas 8 minutos –tres llamadas- para transformar el insufrible peso de la loza que caía sobre tu conciencia en la caricia de una bendición. Si tu me dices ven, lo dejo todo y una madre no se encuentra por más que se busque, se tiene o nó. La vida aparece y desaparece con un gesto y una sola palabra es capaz de devolverte la fe, no hay nada peor que creerte a ti mismo que estás sólo u sumirte en esa soledad que no vé más allá de tus propios ojos. Aunque a veces, querer no sea suficiente, el tiempo se encargará de poner cada cosa en su sitio. Todos tenemos que pasar por esa ventanilla, donde unas veces nos toca cobrar –las menos- y otras pagar, nuestros muchos pendientes. Este aventurero decadente, esperaba la carta que el coronel Aureliano Buendía iba a buscar cada mañana a la estafeta de correos y ésta llegó en forma de ungüento curativo para saldar una cuenta enquistada por la inclemencia del orgullo o la prolongada falta de humildad del silencio.
En su momento justo y a su debido tiempo, cuando el pecado no merece mas pena que la indulgencia ganada a pulso, surge la reconciliación, curada de espanto, sin rencores ni acritudes a la manera más lógica y normal como funciona el corazón bombeado por la sangre. Siete gramos pesa el alma y ocho minutos le bastan al cuerpo para sacudir de golpe, diez años de ausencia. Nunca es tarde para el abrazo de una madre que siempre está esperando desdecirse de sus negaciones con la afirmación de las lágrimas día a día derramadas por el hijo. Hoy se que nunca estuvimos más unidos que en este destierro voluntario. Su oración constante y la comunión de pensamientos lograron el prodigio de vivir nuestras vidas paralelas, sin necesidad de cruzar palabras, pero estrechando el vínculo que nos condenaba tarde o temprano al añorado encuentro. Ayer fue el día –miércoles de ceniza- “acuérdate de que eres polvo, conviértete y cree”, nuestra pesada cruz, nos redimió con su señal escrita frente a frente. Enjuta y marchitada a sus noventa años, mi anciana madre conservaba la lucidez apenas cogida con el alfiler de la esperanza. Aquella mujer tan orgullosa como temperamental, me ofrecía intacto su instinto materno en el vidriado espejo de sus ojos, donde yo me ví reflejado de nuevo como un niño. Apreté el calor de sus manos consumidas –manos venerables y sarmentosas, que besé con unción, imprecando la bendición que tanto precisaba para seguir adelante. “Mi niño chico”, fueron sus balbuceantes palabras…”mi Antoñito”…
y entonces, desapareció la espina que llevaba clavada en el corazón y la Paz fue con todos nosotros.

sábado, 13 de febrero de 2010

hoy NO es el DIA de los ENAMORADOS

El Amor ¡oh el Amor!, que derrama tanta tinta como sangre…Qué diferencia hay entre un amor incondicional –que es soberanamente el que profesan los bienaventurados, el amor que lo da todo a cambio de nada porque no recibe a cambio mas que sinsabores, dolores de cabeza, insatisfacción y poco a poco va mermándose hasta convertirse en vinagre agrio y se vuelve en un cariño egoista que no busca otra cosa que la venganza por ganar esos años perdidos con la persona amada. Ustedes dirán que eso no era amor, pues yo les responderé que si, que era amor verdadero –sin intereses de por medio- Amor de “contigo pan y cebolla”, el que se hace fuerte viviéndolo juntos con los años, porque no tiene mas recursos, ni remedios que el que le confiere las sagradas escrituras, cuando reza en sus celebres palabras: “para lo bueno y para lo malo”…
Pues bien, que diferencia hay entre ese amor que termina mas corrompido y roto que este otro amor de lujo. El amor que vale lo que cuesta el dinero, que lo compra todo. Este amor condescendiente que se encierra en una cárcel de oro, , noble y solemne bajo la luz de la luna, sentado a la mesa ornamentada con todo lujo de cristal y plata. Este amor involucrado con el poder, sumamente remunerado a cambio de fingidas sonrisas. Un amor en cuya lujosa “suite” no cabe el descontento ni la incomodidad, cuando sus posaderas se mullen en los tresillo de damasco mas confortables. Un amor que no tiene tiempo de deprimirse repasando su envidiable agenda de viajes, un amor dispuesto siempre a pagar el buen gusto y rendir culto cada vez que se lo pida el cuerpo. Un amor que la historia del tiempo ha intentado siempre sacrificar con la reverenda frase de que: “el dinero no da la felicidad”…
Este aventurero decadente, piensa que este ultimo Amor, genera igual pasion, que aquel Amor que compensa su escasez de medios con la autenticidad de sus sentimientos y en su defecto, con grandes dosis de ilusión: ¿Qué diferencia hay?

miércoles, 3 de febrero de 2010

TUNEADOS

Yo soñé que era un “friki” grabador reproductor de marchas e iba hasta los ensayos de las Agrupaciones musicales, con mi chándal y mis botines de marca, enseñando los elastiquillos de mis tangas kalvin kleir. Llegué a aprenderme tantas marchas, que hasta en los “atascos de torneo”, sacaba registros con el izquierdo por delante de la rueda de mi “aprilla”, acompasado por el caballito de los manillares. Los domingos de Ramos, estrenaba mi flamante traje blanco de los “manolos” con mi camisa verde fluorescente cuyo increíble cuello sacaba por encima de la solapa. ¡Cómo lucía por las calles del centro, metiéndole mi mano en el bolsillo del pantalón a la altura del apretado culo de mi Yenni, mientras me deslumbraba la media tonelada de pintura de purpurina de sus ojos de gata y como me dolía el dedo meñique del pié estrangulado por el plástico duro de mis zapatos blancos de chúpame la punta. Y es que a mi Yenni, le flipaba ver salir la cofradía de la Puerta de Córdoba, cosa que yo aprovechaba para grabar con mi móvil de última generación, la agrupación musical del Arahal, mientras ella se jartaba de chupar gominolas con sus amigas inseparables, la Yessi y la Tamara a las que le gustaba una buya y un cangrejeo más que a un nota haciendo el caballito con la capucha puesta. También soñé que era un costalero de gimnasio, con mis pantalones negros recogíos en las pantorrillas y el costal tuneao con mi kiristo de la Flama encasquillao hasta la naripa. A mi Yenni, le ponía “taco” verme luciendo los musculitos y me daba unos sobaos en la tableta de chocolate de mis abdominales que no paraba hasta ponerme de punta los pezones del pectoral. ¡Como disfrutábamos por esas quintas avenidas con los colegas de la cuadrilla, metiéndonos en esas tabernitas del barrio y poniéndonos púos con el “gambrinos”…y es que donde se ponga una buena agrupación musical haciendo esos sólos de trompeta de la marcha flamenquita: "quien me presta una escalera para subir a la cabra”, mientras yo me pongo de puntillas, de puntillas, de puntillas, hasta que se me ponen los vellos de mis piernas depiladas por mi Yenni, como carne de gallina, aguantando el zanco. Lo bueno de este sueño es que siempre me despierta la Yenni, poniéndome sus dos tetonas en la cara y suena el móvil a toda pastilla con la marcha: “nazareno Tuneao”. Vuestro amigo, el Zorro.

la guarida del ZORRO

PROHIBIDO LOS JUEGOS DE PELOTAS, BICICLETAS, PATINETES, AROS, ETC. ETC., EN LOS PATIOS, PASILLOS Y AZOTEAS